Actividad 4. Bloque 4

LAS ACTIVIDADES EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE

 

 

            El aprendizaje profesional del docente es el conocimiento del conjunto de acciones formativas que ha de realizar en la clase y singularmente la propuesta de tareas, autotareas y actividades a llevar a cabo con el grupo de clase, equipos y cada estudiante.

 

 

INTENCIONALIDADES FORMATIVAS (OBJETIVOS)

a) Conocer las tipologías más destacadas de actividades y su relación con los métodos, contenidos y medios de enseñanza – aprendizaje.

b) Diseñar modalidades de actividades coherentes con la perspectiva formativa y los procesos educativos que se pretenden desarrollar.

c) Distinguir entre formulación de objetivos específicos, actividades formativas, como internaliza (Aebli) y capacitación para realizar un aprendizaje permanente.

(Huber y Sternn).

d) Descubrir el valor transformador y formativo de las actividades en coherencia con el modelo de enseñanza - aprendizaje del que parte.

e) Generar espacios de construcción y mejora de las actividades a partir de las aportaciones de Doyle, Crahey, Berliner y Medina, construyendo una propuesta propia.

f) Valorar las modalidades de tareas presentadas en una clase y estimar su pertinencia y adecuación a los procesos de: Integración, Interculturalidad, Incertidumbre y Glocalización.

g) Fundamentar las tareas integradas a aplicar de manera interdisciplinar con los estudiantes en una etapa elegida.

 

 

DESARROLLO DE LOS CONTENIDOS

Las actividades, cultura explícita del aula.

            Las actividades se concretan en un conjunto de ejercicios que posibilitan al estudiante comprender y aplicar los conceptos, procedimientos, actitudes y formas de trabajar el saber y los modos de relación, mediante los cuales da respuesta a los continuos retos de su formación. La cultura del aula se hace patente en los valores, los estilos de convivencia, los hábitos y los principales cambios, hechos realidad en los aspectos de afirmación y realización de las tareas que asume cada estudiante, quien ha de interiorizar su proceso de aprendizaje construyéndolo desde su iniciativa y autonomía, en colaboración con los compañeros y el profesorado, contribuyendo a dar forma a una cultura ligada a la responsabilidad activa ya la madurez en el diseño, en la ejecución de aquellas tareas más enriquecedoras y en la asimilación de las situaciones problemáticas que sientan las bases para el desempeño de ejercicios y compromisos con verdadero sentido para los estudiantes, por su valor intelectual y el equilibrio socio-afectivo. Las actividades se tornan formativas y generadoras de una cultura transformadora cuando desde el diseño a su ejecución el protagonista es el estudiante, personalmente y en colaboración con las demás personas.

            La cultura de aula concretada en las actividades pretende atender a cada persona y a la clase como socio-grupo definiendo en cada unidad didáctica, con sentido completo, tareas holístico - problematizadoras, ligadas a las percepciones y deseos más sinceros de los estudiantes, quienes han de implicarse en las que deban llevar a cabo como. Responsables de su propio proyecto formativo y del aula como lugar de co - aprendizaje.

 

 

El significado de las actividades en el diseño curricular y en el proceso de enseñanza – aprendizaje.

            El diseño de las actividades, organizadas en tareas con un sentido más holístico integrador, consiste en escribir y optar por algunas de las actuaciones vertebradoras del proceso más formativo de los estudiantes y generar así un marco de enseñanza - aprendizaje justificadamente estructurado y fundamentado. El docente toma la decisión, de formular las más representativas, apelar al principio de actividad y a la afirmación de «aprender haciendo», desde el que los estudiantes se preocupan de indagar y de transformar sus proyectos vitales en la línea de una Institución educativa abierta y comprometida con los problemas inmediatos y mediatos de los seres humanos en una cultura de solidaridad.

            El proceso de enseñanza promueve aprendizajes formativos mediante el sistema interactivo - metodológico, facilitando a cada estudiante una propuesta creativa y transformadora del conjunto de ejercicios que secuencialmente han de llevarse a cabo, procurando organizarlos en una serie con dificultad y complejidad creciente, armonizándolos según el principio de redundancia, dado que el logro de determinados conceptos y procedimientos necesita una propuesta secuenciada bien argumentada, a la vez que completados con el principio de variabilidad que evite la rutina o repeticiones excesivas.

 

 

Concepciones y procesos formativos en el aula: El principio de Actividad.

            El proceso formativo es el pleno desarrollo de la enseñanza que estimula un aprendizaje situado, activo y de desarrollo integral del estudiante como ser humano.

            El aprendizaje se convierte en formativo cuando las personas que lo realizan han mejorado globalmente y alcanzado unas capacidades de pensamiento, sentimiento y toma de decisiones cada vez más elaboradas y sistemáticas.

            La formación se adquiere cuando los estudiantes aprenden a tomar decisiones y se sienten colaboradores de las mismas, asumiendo críticamente los contenidos y valores del, entorno escolar y social en el que se educan.

 

 

Aprendizaje activo y autónomo: las tareas de los estudiantes.

            El aprendizaje implica un desarrollo integral de la persona que se forma.

            El aprendizaje se torna activo cuando es la propia acción, de cada participante y su nivel de responsabilidad el que mejor contribuye a la solución de los problemas y al incremento del nivel de responsabilidad y protagonismo de cada persona, en su identidad y en su compromiso de mejora de sí mismo y de los demás.

            El aprendizaje activo se consolida como autónomo, cuando el proceso de acción y de trabajo en el centro y en el aula se desplaza paulatinamente a la asunción responsable y creadora de las actividades por cada estudiante.

            El aprendizaje de la autonomía es una de las finalidades educativas que más dificultad entraña para el profesorado.

            La cultura de aprendizaje del aula y su enfoque activo se hace realidad en el conjunto de TAREAS que se ofrecen a los estudiantes y al profesorado para «aprender a aprender» e indagar en colaboración.

            La tarea que realizarán los estudiantes, su calidad en el pensamiento y en la ejecución dependerá básicamente de la combinación de:

- La intervención del docente y del modo de explicitar la tarea, sus condiciones y el proceso final esperado.

- Las capacidades y experiencias previas del profesorado y de los estudiantes.

- La naturaleza en sí de la tarea (reconocimiento, ampliación, creación - transformación, etc.).

- La proyección de lo aprendido en la vida y cultura escolar del estudiante.

- Los procesos implícitos en la tarea y su relación con la cultura previa del escolar.

- La visualización y anticipación que los estudiantes generan de sí y para el equipo de clase de lo solicitado en la tarea.

            La calidad del aprendizaje activo y autónomo depende entre otros aspectos de la responsabilidad y el nivel de participación de cada estudiante en el diseño y la representatividad de las tareas que realiza, la interrelación y calidad de los objetivos de formación, el desarrollo integral, que pretende alcanzar, y su valor integrado y actual que el saber - conocimiento y cultura (sabiduría a lograr).

            Las tareas son el eje del aprendizaje, entendido como un proceso inmanente y personalizado, que consiste en la participación del sujeto en la adquisición de nuevas experiencias y formas de pensamiento, que requiere de la responsabilidad e implicación integral del aprendiz.

            Las actividades se explicitan en tareas y éstas en un conjunto secuenciado, estructurado y adaptado de ejercicios que se llevan a cabo en la clase. La complementariedad entre los trabajos micro y proyectos globales es necesaria, aunque depende de la madurez y motivación de los estudiantes, que se han de implicar en ejercicios específicos, desde los que adquirir destrezas y automatismos, necesarios, pero integrados en un proyecto más amplio y significativo, bien semanal o mensual que capacite al estudiante en su vivencia significativa y amplíe continuamente su trabajo con los colegas y su proyección en la comunidad educativa yen su entorno social - comarcal - ciudadano.

 

 

Interdependencia entre las actividades y el sistema metodológico del profesorado.

            Las actividades se desarrollan en la aplicación de los métodos, así si se construye un sistema metodológico, las actividades serán la concreción globalizada de la comunicación, motivación y facilitación de los procesos de aprendizaje, bien singularizados, de atención a cada estudiante, o socializados y de apoyo a los equipos, el aula y el grupo de personas del centro.

 

En un trabajo previo, (Medina, 2000) plantea el siguiente esquema representativo:

 

MÉTODOS

 

Deductivo.

 

Inductivo.

Sintético.

 

Analítico.

Histórico.

 

Lección magistral

 

Trabajo en Equipo

 

 

 

Trabajo Autónomo

 

PROCEDIMIENTOS

 

Observación.

 

Representación.

Interpretación.

 

Multirrelacional.

Localización.

 

Diseños gráficos, esquemas, planos, etc.

 

Cuestionario.

Entrevistas.

Solución de problemas

Comentarios de textos

 

Simulación.

Etc.

 

ACTIVIDADES a modo de Síntesis:

Identificar y enumerar los elementos de un objeto.

 

Describir los rasgos esenciales de una figura.

 

Representar un paisaje y narrar sus componentes.

 

Valorar los servicios de una

Comunidad y su redistribución.

 

Estimar la evolución de una ocupación de los espacios y su uso a lo largo de la última década.

 

Contrastar las interpretaciones evidenciadas en las artes y la ciencia en los últimos 30 años.

 

            La aplicación del sistema metodológico nos exige la permanente complementariedad de las actividades, de tal manera que los estudiantes sean capaces de valorar las claves y el significado de las mismas en una secuencia posible, cuando el docente propone y justifica las tareas y los ejercicios concretos en relación con una unidad didáctica o aportado un tema representativo, para continuar el aprendizaje. El nuevo aprendizaje se logra invitando a que cada estudiante a que redacte replantee, y resuelva algunas tareas concretas de su especial elección e interés, profundizando en las primeras soluciones y respuestas a las tareas trabajándolas en pequeño equipo y siguiendo en su diseño y ejecución la indagación en colaboración y la metodología de construcción del saber más acorde con las expectativas de los estudiantes y las exigencias del método de aprendizaje.

 

 

Tipología de actividades en el aula: La explicitación indagadora y su secuencia.

            Las aproximaciones a los modelos de tareas que se desarrollan en las clases son intentos de sistematización, que han de servirnos para avanzar en el estudio sistemático de las principales tareas que aporta el profesorado para estudio y co - aprendizaje de docente y estudiantes.

 

 

Las actividades en la práctica formativa: Aportaciones de Crahey, Doyle y Berliner.

            Crahey (1984) considera que el conocimiento y descubrimiento de los objetos en la Educación Infantil y Primaria se ha de lograr al:

• Fijar un logro a alcanzar y producir mediante el objeto.

• Variar la acción en función de las reacciones del sujeto.

• Verbalizar la relación que se establece con el objeto.

• Interaccionar con algún compañero/ra a propósito de los éxitos de la relación con los objetos.

            Los docentes han de actuar para mejorar la relación y las actividades a desempeñar, tomando las siguientes decisiones:

• Favorecer la generalización de las necesidades.

• Estimular el diálogo entre los estudiantes.

• Evitar la dispersión o distracción y promover la verbalización en la interacción producida.

 

            Doyle (1986) se plante un nuevo marco de análisis de tareas y lo liga a la gestión del aula, en la línea de la propuesta citada de Martínez (2000), al considerarlas una «unidad básica» de la organización del aula, realizadas en un periodo temporal en el que se orienta el estudiante en una determinada dirección. Según el modo y foco organizativo las actividades se clasifican en:

• Realizadas en la mesa de trabajo.

• Recitación en voz alta.

• Presentación de trabajos en equipos.

 

Berliner en su trabajo (1983) analizó un abundante número de aulas (75) desde Educación Infantil a sexto grado y estructuró las tareas observadas en las siguientes:

• Trabajo en la mesa (sentado).

• Lectura en círculo.

• Representación mediada.

• Lectura silenciosa.

• Juegos.

• Construcciones.

• Trabajos para casa.

 

 

Los problemas, núcleo de las actividades formativas: Representatividad y mejora del aprendizaje indagador.

            La situación de complejidad del mundo y de los nuevos cambios sin precedentes, llevan a cada persona y a los grupos humanos a vivir nuevas realidades en una situación de incertidumbre y fugacidad sin precedentes. Estas situaciones tienden a ser vividas como problemáticas, ambiguas y urgidas de nuevas capacidades hasta ahora olvidadas en las escuelas.

            La formación esencial de los estudiantes es alcanzar las «competencias, habilidades y potencial reflexivo, crítico - transformador, sin el cual no pueden cuestionar ni pensar, ni alcanzar un estilo creador y generador de valores y compromisos innovadores de la vida, de las instituciones sociales, de los marcos socio-comunitarios y de las empresas generadoras de modos emprendedores de resolver los verdaderos problemas de los seres humanos, en cuanto sujetos singulares y sociales.

            La emergencia y recuperación de lo básico en el conocimiento, ligado a un respeto profundo los sentimientos abiertos y a los inmensos cambios, es el gran «problema de formación», para las comunidades.

 

 

El problema/as, núcleo integrador y característico de las actividades.

            La enseñanza por problemas, se ha de desarrollar en algunas de las siguientes fases, Medina (2000):

• Toma de conciencia de la imposibilidad de resolver el problema por el propio equipo.

• Necesidad de organizar los datos básicos del problema y presentarlos con la mayor claridad posible al resto de los estudiantes, equipo de estudiantes (identificación, formulación y acotación).

• Explicitación y redacción clara del problema, para tomar decisiones, que contribuyan a su solución.

• Diálogo con los colegas y aportación de soluciones en el marco de la clase.

• Selección y reelaboración de las más relevantes ideas y soluciones.

• Estimación de la realidad de los hallazgos para dar nuevas soluciones al problema.

• Redacción de la solución más innovadora, valorar su impacto y mejora de alguna necesidad formal o comunitaria.

            La tipología de Problemas de Doner (1976), recuperada en el trabajo de Ruber, sugiere hasta ocho modalidades de concepciones que denominan:

1. Interpolación.

2. Síntesis.

3. Dialéctica.

4. Dialéctica y de síntesis.

5. Diagnóstica.

6. Diagnóstica y de síntesis.

7. Dialéctica y diagnóstica.

8. Dialéctica - diagnóstica y de síntesis, dependiendo del nivel a su vez de efectividad en la superación de las limitaciones del problema.

 

 

Aprender de los errores.

            La acción formativa ha tener un carácter preventivo y de reflexión que anticipa a los errores, procurando el aprovechamiento creativo e indagador. Los errores son, a veces, debidos a las propias limitaciones; pero el trabajo formativo en las clases ha de estar constituido por tareas adaptadas al ritmo de los estudiantes, interés, expectativas, situaciones de madurez comprensiva, necesidades, problemas, estilos cognitivos, etc., de los estudiantes y deseablemente de cada uno de los participantes en la clase.

            El aprendizaje desde el error asumido y valorado positivamente requiere profundizar en su génesis, cuestionando los siguientes aspectos (Medina, 2000):

• ¿A qué se debe el error cometido?

• ¿Es un error nuevo o reincidente?

• ¿Qué relación tiene con el proceso de enseñanza - aprendizaje requerido?

• ¿Cuál ha sido la base formativa de las tareas propuestas para el aprendizaje?

• ¿Qué incidencia tiene en el clima de centro y de aula?

• ¿En qué ha podido incidir el sistema metodológico empleado?

• ¿Qué implicación tiene el microcontexto del aula?

• ¿Qué proyección tiene el contexto socio - familiar?

• ¿Qué percepción tiene el estudiante del error?

• ¿Qué clima en torno a los errores se han asumido?

 

 

¿Cómo nos afecta el diseño de las tareas en la anticipación de los errores y en la superación de las mismas?.

            Si se ha producido el error y de acuerdo con los indicadores y magnitud del error, aspecto que ha de ligarse a las dificultades del propio proceso de aprendizaje, de la materia, de integración de los bloques temáticos etc., se ha de plantear la superación, dado que no es suficiente con el desempeño de nuevas tareas mejoradas, adaptadas y conscientemente definidas, sino que ha de dedicarse un tiempo suficiente a:

• Diagnóstico de las raíces y razones del error, tanto del estudiante, al analizar los factores formativos, ambientales, familiares, escolares, etc., como del docente, principal artífice de una docencia capacitadora y una práctica tutorial de apoyo.

• Detectados los aspectos más determinantes del error, somos conscientes que esta tutorización personalizada implica un reflexión ligada a la auto y coevaluación docente - discente. Se ha de proponer una intervención y reflexión formativa, para que el estudiante aprenda del error y no sólo lo detecte, si no que descubra su capacidad de entendimiento, creación del clima y de las bases para la mejora formativa y la superación de las causas.

 

 

¿Qué procede reconsiderar como síntesis de esta unidad formativa de carácter personal?

            El proceso de aprendizaje de los estudiantes, valorando su implicación profesional en el diseño y significado de cada tarea, como representación integrada y vivenciadora del saber - hacer innovador.

            La dificultad radica en la naturaleza de la tarea que continuamente ha de intensificarse para que cada estudiante y la clase en su globalidad avance y se desarrolle intelectual, afectiva - emocional y socialmente.

 

 

La construcción del saber y del clima del aula desde las actividades: Criterios de selección de tareas desde una visión integrada en las áreas curriculares.

            El marco del aula, se caracteriza por emerger como un ecosistema de trabajo y desarrollo integral del docente y discente, en un escenario de búsqueda estética y poética de realidades emergentes una de ellas ha de ser el sistema de coaprendizaje profesional de los agentes de la clase al proponer y llevar a cabo un conjunto significativo e integrado de actividades.

            Entre los fundamentos generales para diseñar tareas formativas hemos elegido los siguientes, (Medina, 1991):

- Concepción del proceso de enseñanza - aprendizaje y modelo curricular formativo.

- Orientación organizativa de las Instituciones Educativas.

- Concepción psicológica del Proceso de Enseñanza - Aprendizaje.

- Perspectiva sociológica del conocimiento y las comunidades educativas, redes escolares.

- Enfoque cultural - intercultural, de las Organizaciones Educativas: etnográfico biográfico…

- Prospectiva Pluricultural y Proyección local - Glocalizadora.

 

            La tarea formativa está ligada al diseño de las actividades, que en su anticipación y revisión permanente han de valorarse desde la incidencia que tienen en la plena capacitación de los estudiantes como personas y en la proyección en el desarrollo de la docencia implicada en estas actividades / tareas. Hemos de encontrar el significado de los procesos de mejora y la indagación reflexiva concretada en la actuación habitual en la clase, que ha de contextualizarse y entenderse en toda su complejidad apoyándose en los aspectos anteriores ligados a los modelos fundamentales y a las opciones estratégico - metodológicas de solución creativa de las tareas más innovadoras, en las que la participación de los estudiantes y su compromiso de realización vital es necesario.

Descripción de algunas de las tareas y procesos de elaboración en las áreas formativas:

• La presentación de algunas tareas representativas se ha centrado en las siguientes áreas:

- Enseñanza del Español para extranjeros (ejemplo: «Didáctica del Español para Educación Secundaria en Camerún), la Educación Física (Contreras, 1998), Didáctica del Cálculo de Primaria (Martínez, 2000) y Didáctica Ciencias Sociales (Domínguez, 2000, 2001).

 

 

Las aportaciones de la cultura académica a la formación de los estudiantes.

            La cultura académica sirve de base para el asesoramiento a los docentes y estudiantes, dado que tiene un especial significado en el marco y sentido de las tareas a realizar y en ellas se focaliza el apoyo a la autonomía, colaboración y capacitación integral de cada estudiante.

            Una visión transversal del conjunto de las tareas que hemos presentado evidencia que el profesorado ha de insistir en aquéllas que representan la interpretación situacional del discurso, base de las restantes: el área de lengua se consolida como la materia instrumental por excelencia y la interpretación del valor semántico, sintáctico y pragmático del discurso en el eje de orientación de todas y cada una de las tareas.

            La complejidad creciente y el avance en la comprensión de las tareas ha de tener muy en cuenta la armonía entre el principio de redundancia o aprendizaje cíclico - y la evolución - variabilidad necesaria que introduzca los cambios más representativos, los proyectos más valiosos y las formas emergentes de creatividad - empática, que conlleva a asumir con las otras personas las ideas y propuestas más relevantes de la acción comunicativa en la generación del saber y en la configuración de los estilos de enseñanza - aprendizaje comprometidamente activos, socializados e impulsadores de la .autonomía responsable de cada estudiante.